Como empresa que presta el servicio de transporte, cuya naturaleza es esencial, hemos trabajado sin descanso durante esta pandemia para contribuir a que la actividad económica del Valle de Aburrá no se paralice, y lo seguiremos haciendo. Para ello, implementaremos todas las medidas que estén a nuestro alcance a fin de continuar prestando nuestros servicios, honrando nuestro compromiso con la seguridad y el cuidado, aunque ello implique un impacto significativo en la sostenibilidad financiera de la Empresa.
En efecto, como lo hemos dicho en diversos escenarios, el 90% de nuestros ingresos dependen directamente del número de viajeros movilizados diariamente. Hoy, por la directriz del Gobierno Nacional, solo podemos movilizar el 35% de la afluencia normal y lo hacemos con la oferta máxima de capacidad que tenemos actualmente.
Varias de las líneas de negocio, entre ellas la publicidad y la explotación del sistema Cívica como medio de recaudo en otros sistemas de transporte, también son muy sensibles a la afluencia, por lo que el panorama financiero es desafiante.
Como medidas para estabilizar las finanzas de la Empresa hemos acudido a créditos, inicialmente con la banca comercial, pero con miras a remplazarlos por otros, en condiciones más favorables, que nos puedan otorgar la banca de segundo piso o entidades multilaterales. También, hemos aplazado inversiones en proyectos y en general hemos hecho un estricto ajuste de nuestro plan anual de adquisiciones para 2020, a fin de contratar solo lo necesario para garantizar la prestación del servicio en condiciones aceptables. Lo anterior en lo que se refiere al corto plazo.
Para el largo plazo, estamos analizando cuidadosamente las tendencias en movilidad que se vislumbran en esta coyuntura, a fin de responder a ellas manteniendo la confianza de nuestros grupos de interés. En este marco de ideas el escalonamiento de horarios es, sin duda, un cambio radical necesario para garantizar la movilidad de los ciudadanos, para lo cual ratificamos la importancia de trabajar articuladamente con el sector privado y las entidades estatales, como ya lo hemos empezado a hacer.
En esta situación también aparecen oportunidades en el panorama, representadas sobre todo en el desarrollo de los proyectos Metro de la 80 y Ferrocarril de Antioquia, dos de las obras de movilidad más importantes que hayan emprendido el Municipio de Medellín y el Departamento de Antioquia, respectivamente, desde la construcción de las líneas A y B del Metro.
Dado que estas son financiadas con recursos de la Nación y de los socios de la Empresa, es decir el Municipio y el Departamento, los recursos destinados a ellas no se ven comprometidos con la disminución de la afluencia, por lo que una vez se adjudique su construcción se constituirán en obras que contribuirán a reactivar la economía regional, un ejemplo de inversión pública como medida contracíclica.
La coyuntura de la Covid-19 ha representado un desafío sin precedentes, no solo para el Metro de Medellín sino para todo el planeta, pero como Empresa sabemos hacer frente a la adversidad. Nuestra historia está atravesada por la resiliencia y siempre hemos podido salir adelante con el apoyo de todos nuestros grupos de interés. Tenga la confianza de que en esta ocasión será igual, y que seguiremos trabajando por generar calidad de vida, conectando e integrando personas y promoviendo territorios sostenibles.